Avatares de la evaluación del aprendizaje en el IEMS-DF
Raúl Pérez Ríos
“Cuando se pone el énfasis en la
calificación, se pierde el gusto
por los contenidos, por la
alegría
de descubrir, en el compartir,
por el interés en el estudio ”.
Violeta Selem
Lev Vygotsky
(citado por Hazard, 2012), advierte que “Los
sistemas de calificaciones son inapropiados psicológicamente”, ya que “Una calificación es una forma de evaluación
ajena al conjunto del trabajo escolar y llega a dominar los quehaceres
naturales de la enseñanza, y el estudiante empieza a aprender con el único fin
de evitar las malas notas o conseguir buenas notas”. Por ello, en el punto
5 de la exposición de motivos del proyecto educativo de la UACM se considera importante “que
los estudiantes no pongan su interés principal en la obtención de certificados,
calificaciones, títulos o diplomas con los cuales ir a conquistar posiciones
que nadie puede garantizarles”, y lo mismo se considera en el IEMS-DF, donde no existen promedios ni
calificaciones en las asignaturas que cursa el estudiante durante su paso por
el bachillerato.
John Erik Hazard[1]
(2012), coincide en que no existen “razones
para que las calificaciones –sobre todo, las numéricas y sus equivalentes-
existan. [ya que] Sólo sirven para
fomentar la competitividad y el individualismo”, además de que “el nivel de interés y el alcance de los
logros suelen ser más bajos cuando los estudiantes trabajan principalmente para
conseguir una calificación”, tal como lo señala Alfie Kohn (citado por
Hazard, 2012).
Por ello, en las
Preparatorias del GDF no existen las
calificaciones por asignatura, lo cual no quiere decir que no se evalúan los
resultados logrados por los estudiantes durante el semestre (IEMS-DF, 2002).
Eso se hace, pero dicha evaluación no se traduce “en una nota numérica”, ya que “los profesores no otorgan directamente la calificación” (Medina,
2005) solamente “examinan los objetivos
alcanzados por los estudiantes durante el periodo y con esta base se dan las
orientaciones sobre cómo continuar con el programa de estudios” (Gómez,
s/f). A los objetivos que son alcanzados por los estudiantes, los profesores
les asignan la categoría de “Cubierto”
(C), mientras que a los objetivos
que no logran alcanzar les ponen la de “No
cubierto” (NC).
Un estudiante puede
haber “cubierto” todos los objetivos del curso durante el semestre y,
por ello, avanzar sin ningún problema al siguiente curso, o puede haber “cubierto”
la mayoría de los objetivos y, por lo tanto, sólo tiene que cursar el periodo
intersemestral o algún periodo especial de recuperación para poder “cubrir”
los objetivos que le faltan, o puede, en el peor de los casos, “no
cubrir” ni un objetivo del curso o la mayoría de ellos y, por dicha
razón, verse obligado a recursar la asignatura o realizar una Evaluación
Especial para poder cubrirla, ya que en el IEMS-DF
“El propósito es cumplir los objetivos
del curso”, sin excepción alguna, y “si
esto se cumple, todos los alumnos deberían salir con una calificación
equivalente a diez”, como dice Adriana Medina Espino (2005), y de hecho
casi así sucede, ya que según las “Políticas
y Lineamientos para la Certificación de Estudios en el Sistema de
Bachillerato del GDF”, emitidos por
la Dirección Académica del IEMS-DF
(2005), establecen que en el proceso de certificación de estudios que se
realiza en forma cuantitativa al finalizar el sexto semestre del bachillerato,
mediante la presentación de un Problema Eje[2],
se debe asentar una evaluación numérica que va del 8 al 10, es decir, en las
Preparatorias del GDF no hay
egresados de 6 o 7 de promedio.
Dicha situación no
sucede en las demás instituciones de educación media superior donde sí hay
calificaciones y promedios. En ellas los estudiantes pueden “avanzar” sin haber
“cubierto” todos los objetivos de los cursos. Con un seis (6) de calificación
es más que suficiente, tal como lo menciona Manuel Pérez Rocha (2012a), cuando
dice que “En nuestro país, los
estudiantes pueden recibir su título profesional, y la cédula profesional de la
SEP, habiendo logrado en su bachillerato un promedio de seis en sus ‘calificaciones’”,
en una escala que va del 0 al 10, mientras que en el IEMS-DF se tienen que esforzar todavía más, lo cual genera un
aumento del rezago académico de los estudiantes e incluso ocasiona una mayor
deserción escolar que la que se observa en aquellas instituciones donde un seis
de calificación basta para “aprobar” las asignaturas y poder egresar del
bachillerato.
En las
Preparatorias del GDF, “el no
cubre exige al profesor analizar por
qué no cubre y que le hace falta al
alumno”, mientras que a “Los chicos
que no cubrieron se preocupan por saber que les falta y se esfuerzan por
completar lo que les hace falta en los períodos de recuperación” (Centro de
Investigación Educativa y Actualización de Profesores A. C., 2011).
Vale
la pena mencionar que la adaptación de los estudiantes al Modelo Educativo del IEMS-DF es paulatina, y aunque existe
un proceso de inducción a la modalidad escolar, dicho proceso “no ha sido totalmente exitoso, al menos en
lo que respecta a que los alumnos asimilen y comprendan las implicaciones del
proceso de evaluación que desarrolla el IEMS DF, sin calificación numérica”,
ya que para los alumnos existe una “falta
de claridad en los criterios y parámetros para la asignación de la calificación”
(EVALUA DF, 2012).
Aracely Sánchez Jiménez[3] y
Beatriz Angélica Ybarra Garduño[4]
(2008), mencionan que “el Sistema de
Evaluación, con sus particularidades, representa un enigma lo bastante complejo
para la comprensión de los estudiantes, sobre todo para aquellos de primer
semestre”, los cuales “en algunas
ocasiones se muestran descontrolados debido al desconocimiento de los elementos
que utilizan los DTI para definir su pase o no”, pero el Centro de
Investigación Educativa y Actualización de Profesores A. C. (2011), afirma que
en términos generales se puede decir que los estudiantes de las Preparatorias
del GDF “están de acuerdo con el sistema de evaluación”.
Héctor
G. Riveros y Julieta Fierro (s/f), advierten que “nos cuesta trabajo calificar el
desempeño escolar”, pero aseguran que “es
mejor evaluar de manera continuada para asegurar que el alumno tome conciencia
de sus progresos y lagunas y que el docente también lo sepa”, lo cual
implica “evaluar sobre la marcha, sin
calificar”. Tal vez por ello, en el IEMS-DF
“se prefiere conservar la evaluación de
tipo cualitativo debido a que en la práctica se observa que exige ejercer una
mayor atención personalizada del docente y un mayor esfuerzo de perseverancia
por parte del alumno”, pero se debe tener en cuenta que con dicho proceso
de evaluación puede llevarle más tiempo a los estudiantes terminar su
bachillerato, sobre todo porque “los
alumnos provienen de escuelas secundarias de la periferia, las cuales tienen
muchas deficiencias”, por lo que “el
nivel con el que llegan y en el que deberían estar, representa una brecha muy
significativa”, tomando en cuenta que al ingresar a las Preparatorias del GDF “entran a un sistema académicamente muy exigente” (Centro de
Investigación Educativa y Actualización de Profesores A. C., 2011).
En ese sentido, en el IEMS-DF se debe considerar que “los alumnos cuando llegan necesitan una
atención realista, con una graduación más adecuada del aprendizaje para que
puedan progresar y no se desanimen y se vayan”, como dice el “Informe Final” del Centro de Investigación
Educativa y Actualización de Profesores A. C. (2011), sobre la “Estrategia para el aprovechamiento y mejora
del modelo educativo del bachillerato del IEMS”.
REFERENCIAS
Centro de
Investigación Educativa y Actualización de Profesores A. C., 2011. “Estrategia
para el aprovechamiento y mejora del modelo educativo del bachillerato del IEMS.
Informe Final.
Dirección
Académica del IEMS-DF, 2005. “Políticas y lineamientos para la certificación de estudios en el
Sistema de Bachillerato del Gobierno del Distrito Federal”. IEMS-DF, GDF.
México. Julio de 2005.
EVALUA DF, 2012.”Evaluación del diseño de los servicios
educativos que proporciona el Instituto de Educación Media Superior del
Distrito Federal”, p. 25. En:
http://www.evalua.df.gob.mx/files/recomendaciones/evaluaciones_finales/evaluacion_media_superior.pdf
Gómez Maque, María Guadalupe
Lucio, s/f. “Política
Educativa del Gobierno de la Ciudad. Nivel Medio Superior”.
Hazard, John, 2012. “Con estos estudiantes. La vivencia en
la UACM”. Plaza y Valdes Editores. México.
IEMS-DF, 2002. “Propuesta Educativa del Sistema de
Bachillerato del Gobierno del Distrito Federal”. México, D.F. p. 1-2, 5.
Medina, 2005. “El Proyecto Educativo
del Gobierno del Distrito Federal”. Revista de Investigación Educativa 1.
Julio-Diciembre de 2005. ISSN 1870-5308. Instituto de Investigaciones en
Educación, Universidad Veracruzana. Xalapa, Veracruz.
Pérez Rocha,
Manuel. 2012a.
“UACM: sorteo, examen de ingreso, méritos y conflicto”. La Jornada. Opinión.
Jueves 1 de noviembre de 2012. En: http://www.jornada.unam.mx/2012/11/01/opinion/024a2pol
Riveros, Héctor G. y Julieta
Fierro, s/f. “La evaluación y
los exámenes de admisión”. En: http://www.fisica.unam.mx/personales/hgriveros/docu/HecEvaAlfin.pdf
Sánchez Jiménez, Aracely y
Beatriz Ybarra Garduño, 2008.
“Factores que pueden interferir en el aprendizaje del estudiante de
bachillerato”. Ser y Hacer en la práctica tutoral de seguimiento y
acompañamiento. IEMS-DF. pp. 55-62.
[1] John Erik Hazard es Profesor Investigador de la UACM desde marzo de 2002.
[2][2] El
Problema Eje consiste en la estructuración y desarrollo de un proyecto de
investigación, con la orientación y acompañamiento de un profesor que fungirá
como Director del Problema Eje. Dicha investigación debe concretarse en un
trabajo escrito, ya sea a manera de Ensayo, Monografía o Reporte de
Investigación, y debe exponerse de manera oral ante el Director y el Revisor
del Problema Eje, quienes promediarán y definirán el resultado numérico de la
evaluación final del estudiante con la que egresará del bachillerato. En dicho
proceso debe estar presente un representante de la Comisión Evaluadora del
plantel, para verificar que el mismo se apegue a lo que establece la
normatividad vigente en el IEMS-DF. El principal propósito que tiene el
Problema Eje es que el estudiante demuestre la formación integral adquirida
durante su trayectoria en el bachillerato (Dirección Académica del IEMS-DF,
2005).
[3] Aracely Sánchez Jiménez
es licenciada en Pedagogía por la UNAM y docente a nivel medio superior y
superior.
[4] Beatriz Angélica Ybarra Garduño es Maestra en Pedagogía por la UNAM y
DTI del IEMS-DF desde 2003.